Hay dias en los que el tiempo parece que se congele. Los minutos se arrastran pesadamente como si cargasen con las responsabilidades que se les suponen a las horas.
Hoy ha sido un dia de esos. Tan lento, tan anodino. Esperando cosas que tal vez no ocurran nunca. Un rally de madrugada por los jardines nevados de medio Toronto hasta que las manos y el pecho ardian unicamente ha conseguido agotamiento fisico.
Tengo ganas de dormir 9 horas seguidas, sin interrupciones, sin sueños. 9 horas de pura inconsciencia, de silencio, de paz. Y que al despertar todas las heridas esten curadas, las propias y las ajenas, y pueda escuchar de nuevo aquella dulce melodia. Dame mas gaaasooolliiiiiinnnaaaaa...
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