Tuesday, June 28, 2005

Veni, Vidi, Vinci

O para usar una expresión más actual, pim, pam, pum.

Uno llega un pelín acojonado al aeropuerto después de unas horillas de relajado vuelo, con la consabida escala alemana, con esta cara:




y se acerca al mostrador de Inmigración esperando encontrar un dragón de cinco cabezas echando fuego por los ojos, rodeado de cadáveres entre mutilados y chamuscados, o algo peor, y de repente te encuentras delante de un tipo rubio con bigote de lo mas simpático que se pone a buscarte hoteles, a imprimirte mapas, a explicarte como trampear para extender tu estancia...

Entonces sales al hall del aeropuerto. Primer objetivo, buscar un sitio donde dormir esa noche. Te acercas al mostrador de información y una amable Canadiense se encarga de todo. Coge tal autobús párate en tal sitio y enséñales este papel. Demasiado fácil, y barato. Fijo que me envía a un cuchitril de mala muerte en el culo de Toronto. Y resulta q no. Bond Place, en el mismo downtown. Confortable, con wifi pirata, bonitas moquetas y bellas vistas.



Veni, vidi, vinci. Y ahora, a ver q tal es lo de fuera.

El downtown es algo increíble para un pueblerino como io. Ríete de la diversidad de Barcelona. aquí hay gentes de todas las razas, colores, sabores, credos... Realmente te sientes como un guiri perdido en la gran ciudad, y eso siendo de Toronto de toda la vida...

Parece que estés caminando por un decorado de Bollywood-Hollywood. Un raro hibrido entre película yankee y little china-india-africa... Grandes y rectas avenidas con cienes de tiendas, bonitos parques, iglesias, restaurantes de todos los países imaginables, enormes Malls, etc.










Es difícil quitarse la sonrisa de la boca las primeras horas. Vas como flotando, tintes oníricos por doquier y curiosos acentos rodeándote.

Superamos la fase estupefaciente, digo de estupefacción, la practica, usease, conseguir un adaptador para enchufar todo lo enchufable y nos damos al vicio, es decir, buscamos algo para cenar.




Un buen Etiope, de los que se saben el nombre de los señores que aparecen en las típicas camisetas Etíopes esta algo mosqueado con sus compatriotas vendidos al hombre blanco, hombre este (por llamarle de algún modo), el blanco, que como muy bien recuerda el buen Etiope, violo y mato a un buen puñado de sus antepasados, probablemente incluyendo al señor de la camiseta, a toda su familia y animales domésticos, rey para mas señas, el de la camiseta, no el blanco. Dándole toda la razón al buen Etiope y con su permiso, ingiero los primeros alimentos sólidos tras la masa informe del avión. Deliciosa comida Etiope, al la manera Etiope, usease, con la s manos desnudas.




Un gran dia, ou yes.


PD: Por cierto, ya sabéis quienes, he encontrado un sitio para reemplazar al pirata brasileño...



PD2: Si, algunas fotos salen de lado. Si, no se como cambiarlo. Q pasa!

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